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viernes, 30 de abril de 2010

Crisis!

En verdad, hay días que por mucho que te esfuerces se convierten en días sumamente "tensionados"

Esos son los días de "crisis"



Hay veces en que pensamos que "levantarnos con el pie izquierdo" significa que tendremos un mal día, pero ¿qué pasa si te levantas con el "pie derecho" y poco a poco todo tu día se convierte en un desastre? Pues aquello muchas veces pasa.



Era un día perfecto, ya era jueves y eso significaba que pronto sería fin de semana e incluso solo faltaba un día para ir al cine. Además ese día tenía mis cursos favoritos: psicología y ética. Me había levantado temprano pues para ecología (otro curso, que solo me gusta cuando lo dicta el profesor y no el JP) tenía que ir a ver aves con un amigo. Pero no hay problema, mi casa es cerca a la universidad así que no habría mayor problema. Vimos las aves, apuntamos de que especies eran y yo - como siempre- me dedique a tomarles fotos.


Luego fui a mi clase de Historia Antigua, y ahí empezó el cambio de rumbo de mi día.

Me enteré que ese día entregarían los controles de lectura, el cual por cierto me venía con muchos nervios y cólera, pues antes de dar el control lo sabía todo pero cuando me entregaron la hoja con las 2 preguntas sentí que no sabía nada. Entonces la clase comenzo, siguió y finalizo. Pero antes de irnos el profesor empezó a entregar los controles. Que estresante es cuando estas esperando que te devuelvan un examen y ... no te llaman! tic-tac tic-tac Sentía que pasaban los minutos hasta que por fin me llamaron. Y aunque no saque mucha nota, un 15 no estaba nada mal. 



Entonces antes de ir a la otra clase que toca - psicología - me entero que iba a haber práctica... y - como adivinaran - no sabia nada. Aunque pensé normalmente el profesor toma "practiquitas anónimas" que son solo para ayudar a explicar la clase, quizás sea algo así. Pero no, no era así. Teníamos que formar grupos de 9 personas - hasta ahora no entiendo porque nos hacen formar grupos tan grandes, es que los profesores no se dan cuenta que ahí NUNCA trabajan todos - y en un cuadro integrar todos los temas que habíamos visto en clase. Sencillo, ustedes dirán. Pero, saben, era todo lo contrario. A cada rato le preguntábamos al profesor si estaba bien y nos decía que "A" tiene asociarse con "B" y que "C" no puede asociarse con "A"... en verdad un lío. Al final, dijo que el trabajo se lo enviáramos el domingo, ya que casi ningún grupo había acabado. Entonces regreso a mi sitio - nos habíamos movido para formar el grupo - y me doy cuenta de algo. Mis lentes no estaban; entonces, veo y estaban tirados en el piso. Felizmente la luna no se rompió pero lo que los sujetaba - eran monturas al aire - si se rompió. Genial, pensé sarcásticamente, mientras guardaba todo lo demás para irme a mi casa ya que tendría que regresar más tarde para la clase de ética.


Pero yo seguía pensando en ese cuadro que teníamos que elaborar y ni a la clase de ética preste atención. Y para colmo tenía que seguir viendo aves luego de la clase de ética y al mismo tiempo se supone que íbamos a continuar haciendo el cuadro para psicología con mi grupo. Al final los deje a ellos resolviendo eso y yo me fui a ver aves con un lápiz, bloc, cámara y mochila en mano. Vi y tome fotos a las aves por 20 minutos y regrese a a hacer el cuadro de psico... ya eran como las 6 y recién pudimos solucionar el problema que teníamos como a las 7 y luego a pasarlo por computadora.

Al final, salí de la universidad a eso de las 9 de la noche. Aunque, ello se debe a que antes decidimos ir a comer unas salchipapas en el comedor. Después de todo, la elaboración del cuadro causo, a parte de dolor de cabeza, mucha hambre.


Es ahí cuando pensé que por fin tendría un poco de paz en mi casa. Pero el destino me tenía esperada otra sorpresa. Saque todo lo que había en mi mochila; mejor dicho, lo tire en mi cama. Fue ahí cuando me dí cuenta que algo faltaba. Mi cámara! No estaba... y busque por todos lados. Me sentía desesperada, con frustración y muy tensa. Lo peor es que me sentía mal no solo porque no sabía en donde quedo la cámara sino porque luego mi mamá comenzaría a gritarme. Al final decidí que lo mejor era dormir y ya luego vería que decirle a mi mamá.
Felizmente, al día siguiente, pude recuperar la cámara. Alguien - y le agradezco mucho a esa persona - la dejo en "mesa de partes" a la entrada de la facultad y la pude recuperar.

Saben, pensándolo bien resulta gracioso como un día puede hacernos variar tanto en nuestras emociones, como por cosas tan simples podemos sentirnos nerviosos, frustrados, tensos e incluso por encontrar algo o por hablar con alguien - en otros casos- nos llenamos de alegría y tranquilidad

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